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Miguel de Cervantes

Miguel de Cervantes Ahora vamos a buscar en www.cervantesvirtual.com la biografía de Cervantes.Anotaremos aquello que nos parezca más interesante y curioso referido a su vida.

15 comentarios

mar 7 -

Su infancia en Alcalá de Henares:
No fue hasta mediados del siglo XVIII cuando Alcalá de Henares se confirmó como cuna de Miguel de Cervantes gracias al descubrimiento de su acta de bautismo fechada el 9 de octubre de 1547. Este documento, que localiza el hecho en la iglesia de Santa María la Mayor viene a despejar el conflicto entre las diez ciudades españolas que se lo disputaban como hijo.
La casa que le vio nacer, situada detrás del hospital de la Misericordia, ha perdido su estado original pues, aun siendo una construcción característica del siglo XVI, goza de unas comodidades difíciles de imaginar en los humildes orígenes de Miguel.Parecer ser que Los Cervantes comienzan en Juan de Cervantes, abuelo de Miguel.
Este nace en Córdoba en el año 1470, estudia en Salamanca la carrera de Derecho y se casa, hacia el 1500, con Leonor de Torreblanca. Establecido por su trabajo en Alcalá de Henares, en 1509 nacerá su segundo hijo, Rodrigo, que será el padre de Miguel.

Tras una vida itinerante, en el año 1538 don Juan de Cervantes y doña Leonor se separan.
Ella quedará en Alcalá con dos de sus hijos y viviendo en condiciones muy precarias, mientras que él se establece en Córdoba donde se convierte en abogado de la Inquisición. Así, Rodrigo de Cervantes, establecido en Alcalá y tras un primer periodo de participación en la alta sociedad de la villa, comienza, tras la separación de sus padres, una nueva etapa bien diferente.
En 1542, ya casado con Leonor de Cortinas-única hija de un matrimonio de campesinos de Arganda que no aceptan el casamiento-comienza a ejercer el oficio de médico cirujano, oficio por aquella época poco reconocido y similar al de un artesano más. El matrimonio también es desaprobado por parte de Juan de Cervantes.

En el plazo de seis años nacerán, fruto de este matrimonio, cuatro hijos: Andrea, Luisa, Miguel y Rodrigo. Todo esto, junto con el mantenimiento de su madre, obliga a Rodrigo, novato todavía en su profesión, a trabajar en las tareas más humildes y aceptar al primero que llega por clientela.
En marzo de 1551, y como consecuencia de su precaria situación, la familia al completo decide trasladarse a Valladolid, donde buscan un acomodo propiciado por la prosperidad de esta ciudad. Cincuenta años después, Cervantes disfrutaría del éxito en esta misma ciudad

lur y car -

:: Biografía

Cervantes en su vivir

Jean Canavaggio

Reconstruir en sus etapas sucesivas la vida de Miguel de Cervantes, más allá de las estampas consagradas por la posteridad, no deja de plantear múltiples interrogantes. Ciertamente, la exploración sistemática de los archivos, públicos y privados, iniciada en el siglo XVIII y proseguida ininterrumpidamente hasta nuestros días, ha permitido reunir poco a poco una documentación significativa. Sin embargo, todavía quedan muchas oscuridades, que afectan no sólo a la infancia del escritor, sino a varios momentos decisivos de su existencia, como los años que, entre 1597 y 1604, van desde su encarcelamiento en Sevilla hasta su instalación en Valladolid, en vísperas de la publicación de la primera parte del Quijote. Más aún, si tratamos de ir más allá de la mera materialidad de los hechos, resulta que ignoramos todo o casi todo sobre las motivaciones subyacentes a la mayoría de sus decisiones: la partida para Italia en 1569 a los veintidós años; el alistamiento, en 1571, en el ejército de la Santa Liga; el regreso a España, en 1575, frustrado por su captura en manos de piratas argelinos y, tres años después de haber contraído matrimonio en Esquivias, las peregrinaciones por Andalucía, entre 1587 y 1597, del recaudador de abastecimientos e impuestos; por último, tras volver a Madrid en 1608, el retorno definitivo a las letras.

Ello explica -aunque no justifica los abusos- la atención prestada a sus ficciones, para tratar de suplir las lagunas de nuestra información, buscando, en un intento algo capcioso, si no un autor cuyo perfil perdido se nos descubre desde un enfoque indirecto, al menos todo aquello que sea susceptible de iluminarlo. Pero Cervantes rara vez se expresa en nombre propio, ya que suele delegar sus poderes en narradores imaginarios, como Cide Hamete Benengeli en el Quijote, o nos ofrece, en sus dedicatorias, sus prólogos y su Viaje del Parnaso, los fragmentos dispersos de un retrato de artista cuya verdad se sitúa más allá de cualquier verificación inequívoca.

OBRAS :
_Don Quijote de la mancha
_ La Gitanilla
- El amante liberal
_ Riconete y Cortadillo
_ La española inglesa
_ Licenciado Vidriera
_ La fuerza de la la sangre
_ El celoso extremeño
_ La ilustre fregona
_ Novela de las Dos Doncellas
_ Novela de la Señora Cornelia
# Novela del Casamiento Engañoso
# La de los perros Cipón y Berga

MIGUEL DE CERVANTES -

mer11 -

Voy a hablar un poco sobre los últimos años de Cervantes.

En esos años (1615), tenemos noticia de un Miguel entregado a las gestiones propias de un escritor ante la inminente publicación de su obra. Durante el tiempo restante, es frecuente su asistencia a los oficios de su Orden y la dedicación al cuidado de su ya delicada salud. Sin relaciones con su hija, sabemos de Isabel por las acciones judiciales ejercidas contra su antiguo amante, Juan de Urbina, el cual será arrestado hasta cancelar una deuda que mantenía con ella.

Nuestro viejo escritor sigue sufriendo apuros económicos que verán algún arreglo cuando vendió a Francisco de Robles el manuscrito del Quijote. Entonces realizará la que será su última mudanza. De la calle de las Huertas pasará a instalarse en la esquina de la calle Francos con la calle León.

Aquí nuestro protagonista emprenderá la creación de una historia concebida hacía tiempo, Los trabajos de Persiles y Sigismunda, que se ha querido ver como la renuncia de un maestro a abandonarse al éxito de un género poco noble como era el de las novelas de caballerías.

Su producción será fulgurante, quizás pensando en un fin próximo y deseoso de saber la acogida de su obra entre el público erudito. De esta manera en ocho meses terminará el manuscrito, justo antes de fallecer. Esta novela de maravillas verosímiles toma su inspiración de la novela griega del siglo III, donde la narración presenta acontecimientos fortuitos por los que los personajes cambian el rumbo de sus aventuras, pero no sus sentimientos.

El Persiles tendrá cinco ediciones durante su primer año de vida. Rápidamente será traducido en toda Europa, aunque su éxito más notable será en Francia. De todos modos, no hemos de ser demasiado estrictos en nuestro juicio para lamentarnos de una obra que podríamos decir inacabada.

Las acuciantes circunstancias que sufría Miguel para finalizar la redacción antes de su muerte, unido a que el principio de la novela fue escrito a intervalos entre otras publicaciones, dejan dispersos los diferentes sucesos de la historia que se cuenta.

Ya cercana su muerte, Cervantes comenzará a alejarse del entorno de la Congregación del Santísimo Sacramento. El ambiente mundanal de ésta le hizo entregarse a la Orden Tercera de San Francisco, al igual que sus hermanas y su mujer. Los votos definitivos los pronunciará el dos de abril de 1616.

La hidropesía y la cirrosis de hígado que padece están consumiendo su existencia. El dieciocho de abril le serán administrados los últimos sacramentos y dos días después dictará lo que sería el prólogo del Persiles.

El veintidós de abril de 1616 Miguel de Cervantes Saavedra fallece. Su esposa será nombrada ejecutora testamentaria y se encargarán diez misas por el descanso de su alma. Será enterrado en el convento de los Trinitarios. Más adelante, morirán también su sobrina Constanza (1622), y su mujer, Catalina de Salazar (1626).

Su hija Isabel vivirá hasta 1652. Cervantes no dejó descendientes y su testamento se perdió. Sólo nos quedan sus obras puesto que, a finales del siglo XVII, sus restos fueron dispersados debido a la remodelación del convento que los albergaba. Así muere el padre de la novela moderna, escritor y hombre, que supo elegir el camino de las letras y consagrar sus obras a la posteridad.

wigue y ordu -

Estamos en contra de la pena de muerte porque si te condenan por una muerte la muerte a podido ser un accidente o una equvicación, como a pasado muchas veces.En este caso si juzgan a una persona que a matado el juez que lleva este caso también mata al que juzga porque le condena a muerte para nosotros, es una tontería

susi y josue -

A ve -

2º A escribe

suzu and gvil15 -

Biografía de Miguel de Cervantes

Centenario de la publicación del Quijote




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Edición digital disponible con fines de estudio e investigación exclusivamente

tachu david -

Si de llegarte a los bue-,
Libro, fueres con letu-,
No te dirá el boquirru-
Que no pones bien los de-.
Mas si el pan no se te cue-
Por ir a manos de idio-,
Verás de manos a bo-
Aun no dar una en el cla-,
Si bien se comen las ma-
Por mostrar que son curio-.

Y, pues la expiriencia ense-
Que el que a buen árbol se arri-
Buena sombra le cobi-,
En Béjar tu buena estre-
Un árbol real te ofre-
Que da príncipes por fru-,
En el cual floreció un Du-
Que es nuevo Alejandro Ma-:
Llega a su sombra, que a osa-
Favorece la fortu-.

De un noble hidalgo manche-
Contarás las aventu-,
A quien ociosas letu-,
Trastornaron la cabe-:
Damas, armas, caballe-,
Le provocaron de mo-,
Que, cual Orlando furio-
Templado a lo enamora-,
Alcanzó a fuerza de bra-
a Dulcinea del Tobo-.

No indiscretos hieroglí-
Estampes en el escu-;
Que cuando es todo figu-,
Con ruines puntos se envi-.
Si en la dirección te humi-,
No dirá, mofante, algu-:
«¡Qué don Álvaro de Lu-,
Qué Aníbal el de Carta-,
Qué rey Francisco en Espa-
Se queja de la fortu-!»
Pues al cielo no le plu-
Que salieses tan ladi-
Como el negro Juan Lati-,
Hablar latines rehu-.
No me despuntes de agu-,
Ni me alegues con filó-;
Porque, torciendo la bo-,
Dirá el que entiende la le-,
No un palmo de las ore-:
«¿Para qué conmigo flo-?»

No te metas en dibu-,
Ni en saber vidas aje-;
Que en lo que no va ni vie-
Pasar de largo es cordu-.
Que suelen en caperu-
Darles a los que grace-;
Mas tú quémate las ce-
Sólo en cobrar buena fa-:
que el que imprime neceda-
Dalas a censo perpe-.

Advierte que es desati-,
Siendo de vidrio el teja-,
Tomar piedras en la ma-
Para tirar al veci-.
Deja que el hombre de jui-,
En las obras que compo-
Se vaya con pies de plo-:
Que el que saca a luz pape-
Para entretener donce-
Escribe a tontas y a lo-.

PITY -

Desocupado lector, sin juramento me podrás creer que quisiera que este libro, como hijo del entendimiento, fuera el más hermoso, el más gallardo y más discreto que pudiera imaginarse. Pero no he podido yo contravenir al orden de naturaleza; que en ella cada cosa engendra su semejante. Y así, ¿qué podrá engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío, sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación? El sosiego, el lugar apacible, la amenidad de los campos, la serenidad de los cielos, el murmurar de las fuentes, la quietud del espíritu son grande parte para que las musas más estériles se muestren fecundas y ofrezcan partos al mundo que le colmen de maravilla y de contento. Acontece tener un padre un hijo feo y sin gracia alguna, y el amor que le tiene le pone una venda en los ojos para que no vea sus faltas, antes las juzga por discreciones y lindezas y las cuenta a sus amigos por agudezas y donaires. Pero yo, que, aunque parezco padre, soy padrastro de Don Quijote, no quiero irme con la corriente del uso, ni suplicarte, casi con las lágrimas en los ojos, como otros hacen, lector carísimo, que perdones o disimules las faltas que en este mi hijo vieres; y ni eres su pariente ni su amigo, y tienes tu alma en tu cuerpo y tu libre albedrío como el más pintado, y estás en tu casa, donde eres señor de ella, como el rey de sus alcabalas, y sabes lo que comúnmente se dice: "que debajo de mi manto, al rey mato". Todo lo cual te esenta y hace libre de todo respecto y obligación; y así, puedes decir de la historia todo aquello que te pareciere, sin temor que te calumnien por el mal ni te premien por el bien que dijeres de ella.

tachu jose -

En fe del buen acogimiento y honra que hace Vuestra Excelencia a toda suerte de libros, como príncipe tan inclinado a favorecer las buenas artes, mayormente las que por su nobleza no se abaten al servicio y granjerías del vulgo, he determinado de sacar a luz El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, al abrigo del clarísimo nombre de Vuestra Excelencia, a quien, con el acatamiento que debo a tanta grandeza, suplico le reciba agradablemente en su protección, para que a su sombra, aunque desnudo de aquel precioso ornamento de elegancia y erudición de que suelen andar vestidas las obras que se componen en las casas de los hombres que saben, ose parecer seguramente en el juicio de algunos que, conteniéndose en los límites de su ignorancia, suelen condenar con más rigor y menos justicia los trabajos ajenos; que, poniendo los ojos la prudencia de Vuestra Excelencia en mi buen deseo, fío que no desdeñará la cortedad de tan humilde servicio.

Miguel de Cervantes Saavedra.

la nena y tottally -

Y, estando en esto, oyeron el claro son de una bocina que a su diestra mano sonaba, y, volviendo los ojos a aquella parte, vieron encima de un recuesto algo levantado dos ancianos pastores, que en medio tenían un antiguo sacerdote, que luego conoscieron ser el anciano Telesio; [...] solía él convocar todos los pastores de aquella ribera cuando quería hacerles algún provechoso razonamiento, o decirles la muerte de algún conoscido pastor de aquellos contornos, o para traerles a la memoria el día de alguna solemne fiesta o el de algunas tristes obsequias.

VDS y Torra -

En cambio, se encuentra instalado con su familia en Madrid en 1566, en un momento en que Felipe II acaba de establecer allí su Corte.

Tres años después, Cervantes inicia su carrera de escritor con cuatro composiciones poéticas incluidas por su maestro, el humanista Juan de López de Hoyos, rector del Estudio de la Villa, en la Relación oficial que se publica con motivo de la muerte de la reina Isabel de Valois. En ella el editor le llama «caro y amado discípulo», sin que esta breve mención nos permita apreciar el grado de estudios alcanzado por un muchacho que no llegó a matricularse en ninguna Universidad, recibiendo, en el siglo XVIII, el calificativo, a todas luces inexacto, de «ingenio lego».

VDS y Torra -

Reconstruir en sus etapas sucesivas la vida de Miguel de Cervantes, más allá de las estampas consagradas por la posteridad, no deja de plantear múltiples interrogantes. Ciertamente, la exploración sistemática de los archivos, públicos y privados, iniciada en el siglo XVIII y proseguida ininterrumpidamente hasta nuestros días, ha permitido reunir poco a poco una documentación significativa. Sin embargo, todavía quedan muchas oscuridades, que afectan no sólo a la infancia del escritor, sino a varios momentos decisivos de su existencia, como los años que, entre 1597 y 1604, van desde su encarcelamiento en Sevilla hasta su instalación en Valladolid, en vísperas de la publicación de la primera parte del Quijote. Más aún, si tratamos de ir más allá de la mera materialidad de los hechos, resulta que ignoramos todo o casi todo sobre las motivaciones subyacentes a la mayoría de sus decisiones: la partida para Italia en 1569 a los veintidós años; el alistamiento, en 1571, en el ejército de la Santa Liga; el regreso a España, en 1575, frustrado por su captura en manos de piratas argelinos y, tres años después de haber contraído matrimonio en Esquivias, las peregrinaciones por Andalucía, entre 1587 y 1597, del recaudador de abastecimientos e impuestos; por último, tras volver a Madrid en 1608, el retorno definitivo a las letras.

Ello explica -aunque no justifica los abusos- la atención prestada a sus ficciones, para tratar de suplir las lagunas de nuestra información, buscando, en un intento algo capcioso, si no un autor cuyo perfil perdido se nos descubre desde un enfoque indirecto, al menos todo aquello que sea susceptible de iluminarlo. Pero Cervantes rara vez se expresa en nombre propio, ya que suele delegar sus poderes en narradores imaginarios, como Cide Hamete Benengeli en el Quijote, o nos ofrece, en sus dedicatorias, sus prólogos y su Viaje del Parnaso, los fragmentos dispersos de un retrato de artista cuya verdad se sitúa más allá de cualquier verificación inequívoca.

VDS y Torra -

Llevado a Argel como esclavo, Cervantes padece un cautiverio de cinco años que dejará profunda huella en su obra, y muy especialmente en sus comedias de ambiente argelino -Los tratos de Argel y Los baños de Argel- así como en el cuento del Cautivo, interpolado en la Primera parte del Quijote. Este cautiverio corresponde a un período que conocemos en sus grandes líneas: gracias a las declaraciones reunidas en las dos informaciones que, en 1578 y 1580, se hicieron a petición de Cervantes, las cuales recogen deposiciones de amigos y compañeros de milicia y esclavitud; gracias también a las pruebas que se conservan de las gestiones emprendidas por la familia de Miguel para obtener su rescate y el de su hermano; gracias, por último, a los datos que nos facilita la Topographía e historia general de Argel, publicada en 1612 a nombre de fray Diego de Haedo, pero que, en años más recientes, ha sido parcialmente atribuida por algunos al doctor Antonio de Sosa, compañero del futuro autor del Quijote, y por otros al propio Cervantes: una obra de sumo interés, en la que se nos dice que del cautiverio y hazañas del manco de Lepanto «pudiera hacerse particular historia».